30/9/14

¿Demasiado inteligente para ser feliz? - La maldición de la inteligencia


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(copio y pego un artículo sobre el libro tomado del enlace)

http://www.altascapacidadesarca.org/demasiado-inteligente-para-ser-feliz/




¿Demasiado inteligente para ser feliz?

apuntes 

Hoy nos toca un post extenso, ya que esta evocadora pregunta suscita muchos interrogantes. El  pasado miércoles 12 de Enero (como bien nos sugirió Begoña Suárez de la asociación Aupatuz ) asistimos a la presentación del libro “¿Demasiado inteligente para ser feliz? Las dificultades del adulto superdotado en la vida cotidiana” de Jeanne Siaud-Facchin.
Para aquellos que no sepáis quién es esta autora, Jeanne Siaud-Facchin es psicoterapeuta y una de las  principales expertas europeas en los problemas que provoca el exceso de inteligencia. En 2003 creó en Francia el primer centro de diagnóstico y tratamiento de los problemas de aprendizaje escolar (Cogito’Z, en Aviñón), y posteriormente abrió otros centros en París y Marsella. En todos ellos trata también los problemas de los adultos superdotados.

Con la pregunta ¿qué es superdotado? arrancó la presentación. 
  1. Ser superdotado es una manera de ser inteligente, un modo atípico en su funcionamiento intelectual, una activación de los recursos cognitivos cuyas bases cerebrales son diferentes y su organización muestra cierto grado de particularidad inesperada.
  2. No se trata de cantidad sino de cualidad intelectual distinta.
  3. Es una combinación de recursos intelectuales fuera de los límites establecidos en compresión, análisis y memorización junto con la sensibilidad , emotividad y percepción de los 5 sentidos que invaden el ámbito de pensamiento.
  4. Ser superdotado es una manera de “estar en el mundo” que da color al conjunto de la personalidad y tener  la emoción constante a flor de piel junto a un pensamiento siempre en los límites del infinito.

¿Cuál es la denominación más adecuada?
En Francia se denomina “precocidad” a lo que ella responde: ser intelectualmente precoz se asocia a un desarrollo de la infancia que no responde a la realidad (ya que no todos los niños tienen una evolución más rápida) ni a la especificidad (ir por delante no es lo que les caracteriza” y aún peor “niños precoces”.
Se usa también en muchos paises el término superdotado pero entramos en el mismo dilema: se trata de alguien “más dotado que” y de un “don de nacimiento”. “Para un padre, es difícil comprender  que su hijo es superdotado, cuando es ya es demasiado tarde en un cole o en casa. Para el niño o niña existe una contradicción cuando esa idea no corresponde a lo que los demás piensan de él y mucho menos a lo que siente respecto a sus posibilidades”, y aquí entra la carga y la etiqueta diaria de “ser superdotado” es igual a  dar la impresión de utilizar este término como argumento de estar, como dice bien Jeanne en su libro, “fardando” del niño y niña en cuestión.
Hoy en día se habla ya de niños y adultos con altas capacidades intelectuales ACI  ,quizá como bien menciona Jeanne en su libro, que sirve  para difuminar lo que molesta, lo que está de más, mientras se esconde un potencial elevado que parece obligar a sobresalir, a tener éxito.

Jeanne habla de las “cebras”
Zébre, en francés coloquial significa persona rara, extraña en el sentido de “genio o prodigio” y Jeanne lo relaciona al animal de la sabana, que se distingue claramente de los demás gracias a sus rayas (únicas y que les permiten reconocerse entre sí, al igual que nosotros con las huellas dactilares). Jeanne defenderá a todas esas personas como si las rayas fueran zarpazos que puede depararles la vida.

Neurociencia:
Esa palabra que se usa para saber que se trata el estudio de una ciencia en este caso del cerebro…pues bien,  gracias a varios estudios según Jeanne, sabemos que lo que marca la diferencia no es el número de neuronas sino el número de conexiones, y cuanto mayor número de conexiones mayor es el rendimiento del cerebro. También que el cerebro es “multiárea”: todas las partes pueden ocuparse de distintas cosas, o que usamos el cien por cien de nuestro cerebro, sólo que un 90% de los pensamientos son inconscientes y sólo un 10% de forma consciente. Además Jeanne cree al cien por cien que las emociones son necesarias para el pensamiento y sin ellas la conducta, conclusión o decisión tomada puede ser “débil”.

Cómo se organiza cognitivamente el cerebro  de los superdotados . Podríamos decir “los 10 mandamientos de ACI”:
  1. Hiperactividad cerebral: Se tiene mayor capacidad cognitiva permanente, un estado de ebullición cerebral.
  1. Rapidez : mayor velocidad de las conexiones cerebrales, lo cual en un mismo lapso de tiempo se integra y se analiza mucha más información y el flujo cerebral no se interrumpe.
  1. El tratamiento multiespacial: Jeanne alude al tratamiento de la información procedente del exterior y del interior de uno mismo. En el caso del superdotado la información es recogida  por redes neuronales, que circulan, se extienden por diversas zonas del cerebro y no se localizan las conexiones en ninguna zona en concreto, lo que significa, que  su número de neuronas implicadas se multiplica llegando al término de “calentarle” a uno la cabeza.
  1. Déficit de la inhibición latente: es el proceso cognitivo que permite jerarquizar y clasificar los estímulos y la información que debe manejar nuestro cerebro, vamos donde ponemos la atención y seleccionamos lo que a priori es más importante. Pues bien, esta selección no se pone en marcha en el cerebro del superdotado, lo que debe manejarlo “manualmente”.
  1. Dependientes/independientes de campo: es el aislamiento de informaciones o detalles además de difuminar  aquellos que el cerebro encuentra “inútil”. El individuo que es independiente de campo, logra realizar esta función pero el dependiente no. El superdotado es dependiente de campo y no llega a extraer lo esencial.
  1. Respuesta intuitiva : Alguna vez les habéis preguntado, ¿por qué sabes esto? Y contestan -porque lo sé, simplemente. Bien, pues los superdotados no tienen el procedimiento por el cual han llegado a un resultado.
  1. Pensamiento en palabras: El cerebro superdotado activa el hemisferio derecho (visual, espacial) para fijar palabras, lo cual genera mayor dificultad en clasificar y reorganizar su pensamiento al lenguaje. Esto genera, en muchas ocasiones, la imposibilidad de expresar de forma clara pensamientos y emociones cuando pasan tan deprisa, lo que puede crear problemas de relación y de comunicación.
  1. Hipersensibilidad:  Según menciona Jeanne se podría afirmar que  los superdotados piensan primero con el corazón y luego con la cabeza, lo cual podríamos hablar de una hiperactividad emocional (de percibir, descodificar  y clasificar emociones).
  1. La empatía= turbulencia emocional 24h: “La hiperreceptividad emocional es  fundamental en el caso de los superdotados, auténticas esponjas que llegan a sentir las emociones de los demás. La empatía del superdotado es constante y perturba sus relaciones humanas”
  1. Hiperestesia: se atribuye a la actividad sensorial exarcebada de los 5 sentidos, pudiendo utilizar varias funciones a la vez, lo que Jeanne llegó a describir como 360º de percepción.

Del “falso self”, a la edad adulta
Cuando se llega a la adolescencia el cerebro aún está por formarse, y puede ocurrir que con todas las características del superdotado, se pueda llegar a crear un mecanismo para desactivar esa actividad emocional, que exista el riesgo de romper (mediante la inhibición) la construcción vital para definirse uno mismo “el falso self” que menciona Jeanne.
En el caso de las niñas con altas capacidades, Jeanne afirma que “es verdad que pasan más desapercibidas, que existe (de manera generalizada) más preocupación por ellos que por ellas,  y que a la hora de definir trastornos, las niñas son más adaptables a “fundirse en el molde” que los niños.  Sin embargo cuando se llega a la edad adulta, son las mujeres quienes  más se interesan, preguntan sobre su alta capacidad intelectual y buscan respuestas, mientras que en la consulta existen muchos menos casos de hombres”.
Quizá quede comparar la formación de las personas superdotadas en realizar el acto de pelar cebollas: hay que ir quitando cada capa para conocernos a nosotros mismo a lo largo de la vida, y el objetivo de este libro no es más que  poder dar pistas para transformar la fuerza “frágil” en “fuerza de vida” para encontrarse a uno mismo.
También podríamos visualizar el desarrollo de cuerpo+corazón+cerebro  del superdotado con una bola de cristal con nieve: cuando las mueves ves cada una de las partículas y cuando transcurre un determinado tiempo, queda reposada en el fondo.

Y hasta aquí la presentación de ¿Demasiado inteligente para ser feliz? Un libro que habla de las problemáticas del desarrollo de las altas capacidades intelectuales desde el punto de vista de la psicoterapia, que nos ofrece conceptos y características sobre mitos de la alta capacidad y que puede aclarar conceptos confusos sobre su terminología.
 Desde ARCA nos quedaron interrogantes y quizá se nos quedó el tiempo corto para hablar de una etapa importante  del cerebro de las “cebras”, la de la formación: la escuela, el “insti” ,  la universidad…peldaños imprescindibles para el desarrollo cognitivo, personal y  de la felicidad de cualquier niño, adolescente o adulto, no sólo superdotado, sino  de aquellos que se quedan fuera de la “etiqueta  con número 130” por un “casi, pero no”… los talentosos, que también están ahí.
Los profesionales de la educación piden a gritos  una formación que ayude  a utilizar herramientas para todas estas características (que bien explica Jeanne en su libro), y que  tienen en los coquitos estas “cebras”, además de para que se pueda llevar a cabo esa palabra que en todos los currículos esta: “Inclusión”.
Y quizá habría que empezar a considerar que a parte de la neurociencia que estudia el cerebro, la educación es una ciencia importante para el desarrollo de (en comienzo) “cachorros de cebra”, que terminan siendo “cebras adultas” ante una sabana donde no se ve horizonte posible.
Quizá sólo dio tiempo a hablar de la problemática y no de las virtudes que son muchas, así que os invitamos a leeros el libro y que nos deis vuestras impresiones y reflexiones al respecto.

Bibliografía:
Siaud-Facchin, Jeanne  ¿Demasiado inteligente para ser feliz? Las dificultades del adulto superdotado en la vida cotidiana. Ed. Paidós, Contextos, Barcelona (2014)


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(también copio y pego esta entrevista a Carmen Sanz, autora de "La maldición de la inteligencia")
 

"Si Steve Jobs o Bill Gates 

hubieran nacido en España 

estarían en el paro"


Carmen Sanz, psicóloga clínica experta en superdotados y autora de 'La maldición de la inteligencia', denuncia que a menudo se diagnostica erróneamente la superdotación

09/10/2014 - Jesús Sancho


Carmen Sanz es superdotada y tiene un coeficiente intelectual (CI) de 168. Cuando era niña le adelantaron dos años de curso. Aún no había cumplido los 17 años y ya estaba en la universidad. Ella sabe muy bien las dificultadas que deben pasar los niños y niñas superdotados y alerta del drama de inadaptación de estas personas que suele empezar con un diagnóstico erróneo. Carmen, que actualmente es psicóloga clínica especializada en superdotación y altas capacidades, recoge sus vivencias y experiencias en ‘La maldición de la inteligencia’ (Plataforma Editorial). Ofrece en el libro unas pautas y consejos a padres, educadores y profesionales de la salud con el objetivo de que la superdotación no sea un problema sino una ventaja. Sanz, creadora del centro El Mundo del Superdotado y una de las promotoras de la Fundación El Mundo del Superdotado, destaca la necesidad de mejorar la atención de los menores superdotados no solo en el ámbito educativo sino también en el mundo laboral. Estos serán los temas principales que se abordarán en el II Congreso Nacional Superdotación y Talento para las Empresas, que tiene lugar en Madrid los días 9 y 10 de octubre.
-¿Por qué la inteligencia puede llegar a ser maldita?-La inteligencia excesiva puede ser un problema porque produce incomprensión por parte de lo que nos rodea. Las personas muy inteligentes piensan de forma diferente y tienen intereses distintos a los de su entorno. Esto hace que a menudo no se sientan comprendidas. Y en el caso de los niños puede incluso llegar a provocar acoso escolar, rechazo a los compañeros. Muchas de estas personas se sienten solas, aisladas y muy infelices.
- Usted también desmonta algunos de los tópicos de los superdotados en su libro…- Se tiene la imagen de que los superdotados somos seres muy raros y somos personas normales. Hay muchísimas personas superdotadas que lo son y no lo saben. Y tienen una sensación de fracaso vital porque han tenido problemas en sus relaciones, en sus estudios y no han triunfado en el trabajo, y estas personas no saben que son superdotadas.
-¿De qué manera les cambia la vida saber que son superdotados?- Cuando descubren que lo son se les hace la luz. ¡He visto llorar en el despacho a un señor de 50 años al saber que era superdotado! Entonces entienden que haberse sentido diferente les ha hecho vivir una vida que quizás no ha sido tan satisfactoria. Hay un millón de superdotados en España y la mayoría no lo sabe.
- ¿Cuántos no lo saben?- Alrededor de un 95% no lo sabe. Solo hay superdotados censados en el ámbito infantil y hay unos 5.000 en España, y adultos que lo sepan entre 2.000 y 3.000. También sucede que cuando descubrimos que un niño es superdotado los padres también lo son. Es muy curioso porque muchos padres descubren que son superdotados a través de sus hijos. La superdotación es genética.
- ¿Qué les dice?- Queremos llegar a todas estas personas que lo están pasando mal y descubran por qué son diferentes y lo que tienen que hacer para no sentirse mal. Que la inteligencia no sea realmente una maldición tal como la viven muchas veces.
-¿Cómo se detecta una persona superdotada?- Un niño superdotado madura normalmente antes que los de su edad y le gusta estar con niños mayores. También son más activos de lo normal y cuando son un poco más mayores empezamos a detectar problemas en el colegio. Son niños que se suelen aislar, están desmotivados y con posible fracaso escolar. En estas situaciones aconsejamos hacer una valoración.
- ¿Un superdotado lo es también emocionalmente?- Las emociones están en el cerebro. Un superdotado también tiene mucho más desarrollada la capacidad de sentir. Tenemos una sensibilidad extraordinaria y sufrimos más que los demás. En general, los superdotados somos bastante sensibles, despistados, hiperactivos mentales y muy exigentes con nosotros mismos y los demás.
- Usted también ofrece en su libro algunas pautas prácticas dirigidas a padres, familiares, educadores y profesionales de la salud en general. ¿Cómo habría que tratar a un superdotado?- Lo mejor para un niño superdotado es que se le adelante de curso y esté con niños de su edad mental. En el ámbito educativo no puede estar con niños de su edad porque hablan diferentes lenguajes y no se entienden igual. Esto permitirá que la exigencia escolar esté a su nivel intelectual y no se aburra en las clases. Por otro lado, la relación con sus compañeros es más fluida, más de igual a igual, porque su cerebro está al nivel de los más mayores.
-Esto en cuanto a los educadores. ¿Y qué me dice de los profesionales de la salud?- Nos encontramos con muchos diagnósticos erróneos ya que lamentablemente muchos profesionales de la salud, incluso de la salud mental, no conocen este tema.
-¿Qué tipo de errores?- Por ejemplo, diagnósticos de trastorno por déficit de atención con hiperactividad, problemas de ansiedad, de depresiones… que tienen en su origen una superdotación que no ha sido tratada y hace que una persona no se sienta bien. Todo eso le provoca un montón de síntomas, incluso físicos. Es muy común y asociado a los superdotados los problemas de estrés y de ansiedad, que luego también originan otros problemas físicos como  insomnio, dermatitis o asma. Los superdotados tenemos una tendencia bastante grande a desarrollar estrés.
- ¿Por qué?- Primero, por nuestra falta de adaptación al entorno y, luego, por nuestro propio nivel de exigencia y nuestra hiperactividad mental.
- ¿A partir de qué edad se puede detectar si un niño es superdotado?- Los padres lo detectan muy pronto. Se dan cuenta enseguida de que el niño es diferente. Nosotros aconsejamos hacer una prueba, que está testada a nivel internacional, a partir de los tres años y que la realice un experto. Hay que tener en cuenta que el cerebro de los niños superdotados está muy desarrollado, pero no sus manos ni su cuerpo. Si una persona hace una prueba y no es experta en este campo, observa que el niño es lento a la hora de escribir o hacer un puzle y piensa que no es superdotado. Sin embargo, puede serlo porque su cabeza está muy avanzada, pero no el desarrollo de su mano.
-¿A partir de qué coeficiente intelectual (CI) es una persona superdotada?- Un CI de 120 para altas capacidades y de 130 igual o superior para superdotados, pero no es una ciencia exacta. Hay que tener la mente amplia porque una persona pueda tener problemas por su alta capacidad aunque no sea superdotada. Lo importante es que sea una persona sea feliz y la inteligencia no sea una maldición.
-¿Qué principales problemas se encuentran con las personas superdotadas?- Los más habituales son baja autoestima, problemas de motivación y falta de habilidades sociales. Nosotros hemos desarrollado el método Darwin para superdotados,  que está funcionando muy bien tanto en niños como en adultos porque se trabaja principalmente en estos campos.
- ¿Cómo lograr que ser superdotado sea una ventaja y no un problema? - Lo primero es la identificación. Si hay dudas, lo mejor es hacerse una prueba. Si trabajamos en los tres campos mencionados anteriormente de una forma adecuada, lo normal es que nuestra vida mejore sensiblemente y nos sintamos mucho mejor. También es importante aprender a relacionarse porque las personas, aunque sean muy inteligentes necesitan a los demás. No podemos vivir encerrados en una cúpula y es imprescindible que aprendamos a relacionarnos.
- También dedica un capítulo a las chicas superdotadas. ¿Hay mucha diferencia entre sexos?-Sí, porque parece que una chica inteligente no esté bien visto culturalmente. Los estereotipos sociales no lo premian. ¿Qué sucede? Las chicas superdotadas en la adolescencia se esconden, disimulan y no quieren destacar porque quieren ser aceptadas como chicas y mujeres, pero no por su inteligencia. En el mundo laboral también estamos acostumbrados a que el hombre esté por encima de la mujer y no es fácil que los hombres acepten lo contrario. Y en el ámbito sentimental muchas mujeres inteligentes no tienen pareja al final porque no encuentran una que acepte que ella sea superior. En este sentido, vamos en contra del estereotipo hombre- mujer.
- Por otro lado, ha comentado que la superdotación es hereditaria. ¿Cuál es el peso de la genética en la inteligencia?- Los estudios internacionales existentes no son determinantes, pero se estima que un 90% es componente genético. Según mi experiencia en la consulta, siempre hay antecedentes en la familia.
- Usted también es presidenta la Fundación El Mundo Superdotado que organiza el II Congreso Nacional Superdotación y Talento para las Empresas, que tiene lugar en Madrid los días 9 y 10 de octubre. ¿Qué se presentará en este evento?- El Congreso tiene dos ámbitos. Por un lado, queremos sensibilizar a la comunidad educativa de que hay que mejorar la atención a los niños superdotados. Por otro lado,  intentamos sensibilizar a las grandes empresas que den un tratamiento especial a los superdotados.
-¿En qué sentido?- Que les den una oportunidad porque los jóvenes superdotados a menudo no son los más brillantes en una entrevista laboral. Son tímidos y tienen pocas habilidades sociales, pero una inteligencia extraordinaria. Aquí tenemos un campo de batalla abierto con las grandes compañías. En el congreso nos acompañarán directores de recursos humanos de multinacionales, que están empezando este camino complejo, pero estamos seguros que también lo conseguiremos.
- ¿Cómo está el mundo de la superdotación en España en comparación con otros países? - Estamos muy mal en España. Lamentablemente hay una cultura de potenciar la mediocridad, de no permitir que nadie destaque y además hay una concepción mal entendida de la igualdad de oportunidades. Tiene que haber igualdad de oportunidades, pero implica que cada persona pueda desarrollar sus capacidades al máximo. Los más inteligentes en su ámbito y los menos en el suyo, que cada persona tenga su capacidad. Entendemos muy bien que hay un deportista como Rafa Nadal que destaque y le apoyemos al máximo. Me parece fenomenal porque lo hace muy bien, pero nos cuesta mucho admitir que una persona pueda ser un as en matemáticas o física. En nuestro país no está bien visto y en estas disciplinas hay muchos superdotados.
- ¿Superdotados también sin oportunidades?-Solo tenemos un 3% de alumnos excelentes mientras que a nivel europeo es del 8%, según datos del informe PISA. Ese 5% que nos falta son los chicos que se nos pierden en el ámbito escolar. Y en el mundo de la empresa no hay absolutamente nada. Por eso estamos intentando también sensibilizar en el ámbito laboral. Las empresas te dicen que no quieren chicos problemáticos. Un ejemplo: si Steve Jobs o Bill Gates hubieran nacido en España, en lugar de haber sido lo que han sido, estarían con depresión y en el paro. Sé que es exagerar un poco, pero lo pienso. Hay muchos superdotados con depresión y en el paro, sin ninguna oportunidad.
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6/6/14

Marilyn Monroe y Albert Einstein, ¡y la inteligencia!

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He leído que, en una de las reuniones de la sociedad de la época, se encontraron Marilyn Monroe y Albert Einstein. Marilyn, que no encontró tema de conversación al situarse frente a Einstein, decidió proponerle matrimonio: “Qué dice, profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos. ¿Se imagina un bebé con mi belleza y su inteligencia?" Einstein, que no cambió  su gesto serio después de la proposición, contestó: “Desafortunadamente temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y su inteligencia”.

También he leído que Marilyn Monroe tenía un coeficiente intelectual de 165 superando al 160 de Albert Einstein y el 152 de Stephen Hawking. ¿Algo falla con los tests de inteligencia, o la inteligencia es sólo una de tantas cosas en la vida, y quizá no la más importante? Marilyn parece que fue muy infeliz por no ser madre y formar una familia. ¿Quizá no es lo mismo la inteligencia para un hombre y para una mujer? ¿Hay varias inteligencias, o es cierto que los muy inteligentes son poco listos para las relaciones sociales, el emparejamiento y tener descendencia, hasta el punto de que se les puede llamar "clever sillies"? ¿Quizá un exceso de inteligencia acarrea una falta de sentido común? Einstein tampoco dio mucho en el clavo con las relaciones de pareja, pero sí tuvo descendencia, con desigual fortuna y se acabó casando con una prima suya, tras divorciarse, y parece que el físico consideraba algo relativa la fidelidad.... Marilyn también tuvo algún que otro divorcio, pues se casó primero con un policía, luego con un deportista y finalmente con un dramaturgo.

Quizá, después de todo, Einstein, rechazando a Marilyn, no fue tan listo, ¿o sí lo fue? A veces me parece que con la inteligencia sucede un poco como con la buena suerte o mala suerte, que la cosa no está tan clara, como cuenta esta historia sobre la suerte




¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?

Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban para condolerse con él, y lamentar su desgracia, el labrador les replicó: "¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?" Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: "¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?". Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?". Una semana más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota le dejaron tranquilo. ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
 
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14/9/13

Julian Baggini, sobre la razón

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Julian Baggini, autor de "¿Se creen que somos tontos?", en La Ciudad de las Ideas

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(unos apuntes que he encontado) 

¿Se creen que somos tontos?  de Julian Baggini  
100 formas de detectar las falacias de los políticos, los tertulianos y los medios de comunicación.
(2008)
  • Hacer las cosas bien es simple: basta con que elimines todos tus errores y serás perfecto.
  • La principal prioridad para quien aspira a pensar con claridad es suprimir todas las falacias y confusiones que contaminan el razonamiento. El problema es que son muchísimas y, para bien o para mal, los seres humanos no somos tan lógicos como Spock.
  • A mi juicio, pensar bien no es tanto una cuestión de pertrecharse como de adoptar una actitud inquisitiva y escéptica, que no cínica.
  • El exceso de confianza es uno de los mayores enemigos de la razón, tanto más peligroso por cuanto puede surgir en su mismo seno.
  • Un libro como éste puede dar fácilmente la impresión de que la línea entre lo racional y lo irracional está bien definida, cuando, por supuesto, rara vez es ése el caso.
  • Insulto persona, ad hominen.
  • Argumento de autoridad.
  • Un argumento de incredulidad funciona esencialmente asumiendo que el hecho de que no podamos creer o imaginar que algo es verdadero (o falso) es una buena razón para pensar que no es verdadero (o falso).
  • El hecho de que tengamos fuertes convicciones cuando nos enfretamos a determinadas experiencias no significa que dichas convicciones sean bases fiables para la creencia verdadera.
  • Si aceptamos que “no podemos negarlo” nunca justifica la ulterior afirmación “es verdadero”, ¿no estamos condenados al escepticismo universal?
  • La adopción espúrea de la teoría cuántica para hacer que algo parezca más impresionante es la que ha alcanzado proporciones epidémica.
  • Sustituir un misterio por otro, cual si de una explicación se tratase.
  • ¿No se hace un mal uso de la religión para explicar lo que no logra explicar la ciencia?
  • La expresión “cita selectiva” implica una distorsión, de modo que, cuando una selección no tergiversa al hablante, no debería recibir tal nombre.
  • Las teorías morales consecuencialistas están de acuerdo en que una acción es incorrecta si tiene malas consecuencias y correcta si sus consecuencias son buenas. Pero eso no significa que una acción se vuelva correcta sólo porque otro la realizaría de todas formas.
  • No soy menos responsable porque otro lo habría hecho. Lo cierto es que fui yo quien lo hizo, así que debo cargar con la culpa.
  • “Falacia existencialista”. Sartre: “Cuando elijo para mí mismo elijo para toda la humanidad”. Cuando elijo para mí mismo, legitimo esa elección para toda la humanidad. Otro tiene derecho de hacer lo mismo, no que deben hacerlo. Si confundimos ambas cosas, cometemos la falacia.
  • La tendencia a la confirmación es más probable que induzca a error al creyente. Sólo seleccionando los indicios que encajan con sus creencias podría llegar a la conclusión de que la astrología funciona.
  • Una vez que te comprometes con lo que consideras verdadero, cuesta mucho evaluar todos los indicios con imparcialidad.
  • La tendencia a la confirmación es un auténtico impedimento para pensar bien, pero, a diferencia de ciertos errores de pensamiento, es muy difícil de extirpar.
  • Hay quien argumenta que la desigualdad siempre será una cuestión importante, al margen de lo ricos que todos lleguemos a ser. Puede que tengan razón, pero de ello no se sigue que siempre será correcto decir que tener menos del 60% de la renta media te convierte en pobre.
  • El principio de caridad es el principio metodológico que determina que, cuando intentamos comprender lo que otro está diciendo, le damos la interpretación más favorable posible.
  • Las exageraciones son moneda de uso corriente, pues solemos evaluar muy mal los riesgos y tendemos a preocuparnos en demasía por cosas de escasa importancia o que escapan a nuestro control.
  • El antropomorfismo está por doquier. Cuando los seres humanos inventan dioses, éstos son casi siempre hominoides con género como nosotros, sólo que más grandes, más poderosos y más difíciles de localizar por teléfono. Incluso poseen muchas características humanas. No podemos evitar ver sonreír a los delfines y reconocer la tristeza en los ojos de los perros de montaña berneses.
  • En sentido amplio, la mayoría de los malos argumentos son variedades de non sequitur: conclusiones sacadas, pero que no se siguen. Lo que está en juego no es necesariamente la verdad de las principales declaraciones, sino la conexión inferencial entre ellas.
  • Sólo porque sientas algo, no quiere decir que exista.
  • Si quieres hacer que tu idea parezca más inteligente de lo que es, utiliza el latín.
  • Al otorgar importancia al aspecto de una mujer, restamos importancia a lo que dice.
  • Si lo masculino se convierte en el paradigma de lo humano, lo femenino queda inevitablemente relegado a un segundo puesto.
  • Cuando algo se presenta como si se tratara de una mera descripción, cuando de hecho contiene uno o más juicios de valor implícitos.
  • Si enseñásemos en nuestras escuelas sólo hechos conocidos con plena certeza, no enseñaríamos absolutamente nada. Lo que hacemos en cambio es enseñar cosas que tenemos abrumadoras evidencias para creer que son así.
  • Pensar bien requiere no otorgar excesiva importancia a la incertidumbre inherente a nuestras creencias ni instalarse en una falsa sensación de seguridad.
  • Cuando alguien dice que le corresponde ganar, en el deporte, en el juego o, más metafóricamente, en la vida en general, suele estar expresando una esperanza nacida de la desesperación.
  • Otra fuente de error es una interpretación equivocada de la naturaleza de los sucesos improbables.
  • No existe ningún vínculo necesario entre la bondad o la maldad de un acto y nuestra capacidad o incapacidad de realizarlo. La mayoría de la gente rehuiría realizar una autopsia, y sin embargo eso no convierte en inmorales las autopsías.
  • Lo que distingue a menudo los actos de gran valentía moral es que la gente ordinaria los rehúye.
  • Resulta razonable pedir que uno se enfrente a la realidad de lo que apoya, si dicha realidad es desagradable. Es una ayuda a la deliberación moral, no un atajo hacia la conclusión.
  • Los lingüistas son tan útiles como los lógicos cuando se trata de detectar juegos de manos retóricos.
  • Tanto antiabortista como proabortistas cometen un error fundamental, consistente en pensar que, a menos que exista una frontera tajante entre dos estados o conceptos, no hay una distinción real entre ellos, y lo mejor que podemos hacer es inventar una. Tanto tales fronteras existen y las distinciones que trazan son reales en cualquier caso.
  • La ausencia de una frontera clara y determinada no constituye un argumento en contra de la existencia de una distinción real.
  • Pensar con claridad nos ayuda a comprender la naturaleza de las zonas grises de la vida; no las niega. La resistencia a la ambigüedad tiende a ser más psicológica que lógica.
  • Nuestra capacidad de predecir lo que sucederá y de detectar orden en el mundo depende de un tipo de argumento que, en rigor, es ilógico. La inducción es una forma de razonamiento que nos permite inferir principios generales a partir de experiencias particulares. Sin embargo, a menudo generalizamos basándonos en muy pocas observaciones.
  • El poder de la sugestión. Todos los partidos políticos juegan hoy a lo mismo. Utilizan lo que, a mi juicio, es uno de los trucos retóricos más poderosos, precisamente porque no puede atribuirse a errores lógicos o a inferencias dudosas. Los mensajes implícitos amén de explícitos, difícilmente puede negarse la tesis de que hay cosas tácitas que en realidad no se dicen. El espacio para la discrepancia concierne sólo a cuáles sean esos mensajes implícitos.
  • La insensibilidad al contexto suele ser inobjetable. Las citas cobran vida propia y pueden usarse simplemente para expresar un sentimiento de forma especialmente sucinta.
  • Abundan los casos en los que se omiten las advertencias y las reservas requeridas para hablar con rigor.
  • Tu quoque. Las razones que da la gente para respaldar sus creencias a menudo tienen muy poco que ver con sus auténticas razones para profesarlas.
  • Se nos da bien autoconvencernos de la racionalidad del más irracional de los prejuicios.
  • Sería absurdo pensar que las creencias devienen verdaderas o falsas en función de cuánta gente las comparta.
  • Insistir en que en una democracia debe seguirse la opinión de la mayoría, para bien o para mal, supone confundir la democracia con el simple mayoritarismo.
  • El mayoritarismo no es el sistema predilecto en Occidente, en parte para proteger a las minorías, y en parte porque las mayorías se equivocan con frecuencia.
  • Falacia post hoc. La gente se apresura a atribuir poderes causales a las cosas que precedieron a otras. Muchas supersticiones comienza así.
  • El problema de la culpa por asociación es que no demuestra qué tiene de malo en realidad la cosa criticada. El hecho de que haya mala gente a la que le guste, que la apoye o que la haga no constituye una crítica. Nada es malo o incorrecto simplemente por haber sido rozado por el mal.
  • El hecho de que algo no evolucionara como producto alimenticio humano no significa que debamos comerlo. De hecho, si sólo comiéramos aquello que estuviera inequívocamente destinado a ser comido por nosotros, nos moriríamos de hambre en cuanto dejásemos de ser amamantados.
  • Está justificado que desconfiemos de una idea en virtud de su procedencia. Ahora bien, esa idea debería aceptarse o no en función de sus propios méritos.
  • Debemos recelar de quien es amable con nosotros con viles intenciones, eso no significa que la falta de amabilidad sea el distintivo del rigor intelectual.
  • Deberíamos recurrir a las autoridades sólo cuando somos incapaces de seguir un argumento. Confiar en los expertos es un mal necesario.
  • Cuando alguien objeta que algo envía un mensaje erróneo, lo primero que debemos preguntar es si de veras se está enviando un mensaje, y sólo entonces si éste debería modificarse.
  • En ocasiones se tergiversa la verdad eligiendo para la discusión a dos personas con posiciones fijas y polarizadas. La opinión científica raramente se divide en 50-50.
  • La mayoría de los políticos y comentaristas respaldaron la decisión de invadir Irak en 2003, y muchos de ellos llegaron a lamentar esa elección.
  • Sólo podemos ser juzgados por lo que hacemos realmente, no por lo que decimos que habríamos hecho. En lugar de ser explicaciones genuinas de lo que habríamos hecho, son racionalizaciones post facto de errores.
  • Las racionalizaciones post facto nos ayudan a vivir con verdades incómodas sobre el pasado.
  • Una explicación no es una justificación. La gente parece saltar con facilidad de la explicación a la justificación.
  • Regresión a la media. Cuando medimos algo y vemos que está en un extremo, siempre es probable que la próxima vez que lo midamos sea menos extremo.
  • Carece de sentido decir que deberíamos hacer algo salvo salvo que efectivamente podamos hacerlo. ¿Cómo podemos tener el deber de hacer algo imposible?
  • Se requiere juicio para determinar cuándo es deseable o desastrosa la generalización. Sin categorías suficientemente amplias, sólo podemos hablar de particulares; cuando son demasiado amplias, sólo podemos decir falsedades.
  • La falsa dicotomía supone una enorme simplificación. Elimina toda la complejidad de un asunto y presenta sólo dos opciones: lo tomas o lo dejas. Tricotomía: tres opciones.
  • La predicción no es previsión. Nadie ha hecho predicciones sistemáticamente más precisas que la probabilidad o las de expertos.
  • Uno de los legados más lamentables de Freud es que parece habernos convencido a muchos de que somos mejores jueces de las mentes de los otros de lo que lo son ellos mismos.
  • Hasta Hume aceptaría que una simple correlación no indica una causa.
  • En general, no existen derechos concretos para llevar a cabo acciones concretas. Generalmente tenemos derecho a hacer lo que queramos, siempre que no infrijamos la ley o vulneremos los derechos de otras personas a la no interferencia.
  • Resultados pasados no garantizan los futuros. ¿No estamos obligados a basarnos de algún modo en la experiencia del pasado con el fin de aprender para el futuro? La clave está en conceder a la experiencia pasada un peso acorde a su relevancia para las circunstancias actuales. Sería absurdo olvidar el pasado por completo.
  • Nos sentimos fácilmente impresionados cuando una explicación parece encajar con muchos hechos. Deberíamos aprender a impresionarnos menos con la mera consistencia. Las mejores explicaciones no sólo son coherentes sino comprobables.
  • Argumentum ad fatigum. Se ganan los debates, o al menos se renuncia a las posiciones, por puro desgaste. La resistencia a esta estrategia requiere plantar cara a la intimidación que implica. Limitémonos a replicar con serenidad que el asunto puede parecer viejo pero sigue estando muy vivo porque aún no se le ha dado una respuesta satisfactoria.
  • La inmunización contra el error es muy evidente en las teorías conspiratorias, pues cualquier aparente prueba en contra puede verse como prueba de la efectividad de la conspiración.
  • El problema de los argumentos de la pendiente deslizante es que desdibujan el centro de la polémica. En lugar de centrarse en la maldad efectiva de la acción que se debate desplanzan el foco de atención a sus inaceptables extensiones.
  • Un lamento muy común en los círculos serios es que vivimos en la era de la frase lapidaria. Los argumentos matizados han sido sustituidos por la retórica de tiro rápido para la generación de la capacidad de concentración nula.
  • Lo irónico es que los mismos que a menudo desprecian la frase lapidaria por su superficialidad, se dejan seducir con frecuencia por una frase sabia, que es al menos tan vacua como aquélla.
  • Invocar las reglas y las leyes en nuestra defensa moral no es una buena forma de razonar.
  • Nos bombardean constantemente con estadísticas que no han sido desagregadas y, en consecuencia, cuesta mucho saber con exactitud lo que significan. La clave para no llamarnos a engaño está en preguntarnos cómo se ha dividido a la gente para cada encuesta.
  • El principio preventivo ha de ir acompañado de la evaluación del riesgo. El análisis del riesgo consiste en enfrentarse a la incertidumbre: allí donde hay certeza no existe el riesgo.
  • La demostración de una negación es con frecuencia muy sencilla. Contrariamente a la creencia popular, la ausencia de evidencia puede ser evidencia de la ausencia. En derecho, existe también la presunción de inocencia en ausencia de pruebas inculpatorias.
  • La razón para aceptar la ausencia de evidencia como evidencia positiva es precisamente que a menudo resulta imposible demostrar una negación más allá de toda duda. Por tanto, hemos de conformarnos con algo menos que una pruea absoluta.
  • Los seres humanos tendemos a no creer en las coincidencias. Nuestra facultad de manipular y predecir el mundo depende de nuestra capacidad de identificar patrones casuales. Desde un punto de vista evolutivo, es preferible que pequemos por exceso que por defecto.
  • La naturaleza está menos interesada en la verdad que en evitar errores caros.
  • Si aspiramos a ver las cosas tal como son en realidad, haríamos bien en corregir el impulso natural a presumir la falta de coincidencia.
  • Tendemos a sobrestimar la probabilidad necesaria para que tengan lugar ciertos acontecimientos.
  • En un mundo azaroso, lo que requeriría explicación es la ausencia absoluta de coincidencias, no el hecho de que se produzcan.
  • Jugar la carta de la lealtad cambia las reglas del juego. Una vez que decimos que algo será un acto de deslealtad, lo convertimos en uno.
  • Apelar a la libertad de los consumidores es una hábil táctica para captar la atención, pero no cabe afirmar simplemente que deberíamos ser libres de comprar y vender cualquier cosa.
  • Si algo se afirma con suficiente energía, convicción y autoridad, tendemos a aceptarlo aunque no tenga ninguna ventaja efectiva.
  • La presentación de ventajas dudosas funciona probablemente porque somos cognitivamente avaros y nos gusta hacer los menos juicios posibles para salir del paso.
  • El principio de que por cada ganador tiene que haber un correspondiente perdedor no se sostiene: hay situaciones en las que todos ganan.
  • Con cualquier dato estadístico, la primera pregunta ha de ser: ¿cuál es su fuente? ¿De dónde salen estos números? La siguiente pregunta debería ser cuál fue la metodología.
  • Con frecuencia, las estadísticas se presentaban como si hablaran por sí mismas, cuando los comparadores y las interpretaciones resultan esenciales.
  • Una “prueba” adecuada casi siempre deja margen para la sombra de la duda poco razonable.
  • Casi nadie cree hoy posible la certeza absoluta en la mayoría de las esferas del conocimiento humano.
  • La demostración sólo nos exige llegar más allá de la duda razonable. No puede exigirnos eliminar toda posibilidad de duda.
  • Cui bono? ¿a quién beneficia? es una pregunta estupenda y nos encamina con frecuencia hacia la verdad. Es una buena pregunta, pero no una llave maestra de la verdad.
  • La gente tiene que elegir a veces cosas terribles porque no tiene otra opción en la práctica. la prostitución es un buen ejemplo.
  • El hecho de que algo desagradable sea la mejor opción disponible para alguien no lo convierte en aceptable, si se le pudiera ofrecer algo mejor con un coste bajo o nulo.
  • Para ser responsable de algo en sentido moral, uno tiene que haber cometido realmente el terrible acto, haber creado una situación donde causar daño era una respuesta moralmente injustificada o haberse comportado de manera imprudente conociendo las terribles consecuencias que podrían derivarse de ello.
  • Los famosos hablan de cualquier cosa y la gente los escucha.
  • No hay expertos en ética. Hay personas más cualificadas que otras para examinar y abordar cuestiones morales complejas.
  • El problema de las falsas autoridades esta muy extendido.
  • Con demasiada frecuencia jugamos la carta de “tengo derecho a opinar” como si triunfara sobre cualquier otra consideración, cuando en realidad salta a la vista que no es así.
  • El hecho de que podamos tener nuestras opiniones no implica que debamos contar con un lugar prominente para expresarlas.
  • Cuando se emplea una analogía en un argumento, es importante ver qué parte de la comparación resulta pertinente.
  • Según mi experiencia, la gente no suele comprender las analogías. Tiende a asumir que estamos trazando toda suerte de paralelismos, cuando en realidad sólo intentamos establecer uno.
  • Es fácil no captar lo esencial, pues tendemos a acostumbrarnos a ver los asuntos que nos preocupan desde una perspectiva muy particular. Hace falta imaginación intelectual para ver de forma diferente.
  • La falacia del hombre de paja tiene lugar cuando tratamos con una versión más débil o distorsionada de un argumento o posición, como si fuera de hecho la exacta y cabal.
  • La meta del debate racional no es que ganemos nosotros, sino que venza la verdad.
  • Las verdades parciales o a medias no sólo son perfectamente aceptables en sí mismas, sino también absolutamente necesarias. Decir toda la verdad sobre cualquier acontecimiento sería una carga demasiado grande. Los problemas sólo surgen cuando la supresión de ciertos detalles torna engañoso lo que decimos.
  • Suggestio falsi, cuando decimos algo que es de hecho correcto, pero que sugiere una falsedad.
  • Las medias verdades pueden ser más poderosas que las mentiras. Por que las medias verdades son verdades a pesar de todo, y pueden aportarse pruebas creíbles para respaldarlas.
  • Los humanos no parecemos vivir cómodos con lo inexplicable.
  • Sherlock Holmes: “Una vez eliminadas todas las demás posibilidades, la que queda, por improbable que sea, es la correcta”. Eso sería cierto, pero sólo si hemos eliminado en efecto todas las demás posibilidades. El problema es que normalmente hemos eliminado tan sólo las posibilidades que se nos han ocurrido.
  • Para aducir de manera convincente que alguien ha cometido un error categorial, debes ser capaz de explicar a qué clase de categoría pertenece en realidad la entidad erróneamente descrita.
  • Asumimos perezosamente que dos temas que suenan parecido deben ser más o menos lo mismo. Los seres humanos somos “cognitivamente avaros” y no nos gusta pensar en dos cosas cuando podemos arreglárnoslas pensando sólo en una.
  • Muchas ambigüedades son deliberadas y manipuladoras.
  • Un hecho triste del mundo es que, sólo porque muchas cosas sean desagradables, no significa que no sean verdaderas.
  • T. S. Eliot: “La especie humana no soporta demasiado la realidad”.
  • Por desgracia, “tenemos que hallar un equilibrio” parece ser hoy la respuesta típica a cualquier pregunta difícil sobre política medioambiental.
  • Cuando la balanza se inclina decididamente hacia un lado, no se requiere equilibrio alguno.
  • A los políticos les gusta atribuirse el mérito de lo que va bien, tanto como evitar la culpa de lo que va mal. El hecho de atribuirse injustamente el mérito (o la culpa) no se restringe a la esfera política.
  • El sentido común es un mal indicador de lo que es verdad o, para quienes sospechan de la palabra “verdad”, de lo que es fiable, práctico o eficaz.
  • El sentido común es poco fiable, es vago y mal definido.
  • Los argumentos que parten de una analogía puede ser retóricamente poderosos, pero es crucial que nos preguntemos si los paralelismos son lo bastante estrechos como para justificar las conclusiones sacadas de ellos.
  • El manejo de datos falsos es un error tan básico que apenas se registran como una mala táctica argumentativa.
  • Goebbels: “Si cuentas una mentira lo bastante grande y no cesas de repetirla, la gente acabará creyéndola”.
  • Aceptar ciertas cosas con los ojos cerrados resulta inevitable, pero hace demasiado fácil que la gente, deliberadamente o no, se aproveche de nuestra tendencia a no cuestionar las simples afirmaciones.
  • La gente confunde con tanta facilidad las defensas parciales con el pleno respaldo por su deseo de dividr el mundo en campos claramente opuestos: “nosotros” y “ellos”.
  • “Se hace desde hace siglos, luego debe ser bueno” es un simple non sequitur.
  • Resulta intuitivamente pausible que , si algo ha resistido durante siglos, algo debe de tener. Pero, siguiendo esa lógica, algo deben de tener la esclavitud y la desigualdad de las mujeres.
  • Muchas hierbas tiene cualidades terapeúticas, se consideran efectivas porque han sido debidamente probadas, no porque sean viejas y, por tanto, estén garantizadas por la historia.
  • “Los inocentes no tiene nada que temer” se saca a relucir cadfa vez que las autoridades desean introducir nuevas medidas que aumentan la vigilancia o limitan las libertades en nombre del incremento de la seguridad. Puede ser un argumento legítimo si lo que significa es: “los temores expresados por los inocentes son infundados”. La diferencia es sutil, pero importante.
  • Hay buena razones para tomarse con un cierto escepticismo lo que dicen los periódicos, pero el hecho de que hayan cometido errores no es un buen motivo para perder toda la confianza en ellos. Es una buena razón para no asumir sin más que todo lo que se lee en la prensa es verdad, pero es una razón insuficiente para adoptar una política de cinismo global.
  • Las palabras requieren algo más que comprensión literal, pero existe el peligro de interpretar demasiadas cosas en lo que dice la gente.
  • El hecho de que ciertas cosas que se antojaban imposibles hayan resultado no serlo no demuestra que podamos hacer de veras cualquier cosa.
  • El reto consiste en tener una mente no tan cerrada que sea incapaz de cambiar, ni tan abierta que acabe por llenarse de todas las ideas disparatadas que anden por ahí. No es fácil lograr ese particular equilibrio.
  • Las malas condiciones laborables pueden ser mejores que nada, pero eso no justifica que las apoyemos. La alternativa no debería no ser nada, sino mejorar las cosas.
  • “Mejor que nada” no es un defensa si podemos hacer bien las cosas.
  • Las personas están autorizadas a expresar sus opiniones sobre asuntos que no les conciernen directamente.
  • En determinadas circunstancias, la gente casi llega a decir que sólo quienes poseen experiencia de primera mano sobre un tema están autorizados a expresar una opinión al respecto.
  • Como le sucede a la mayoría de la gente, si me presentan una enorme cantidad de pruebas, mi juicio se tambalea como mínimo temporalmente.
  • Si queremos evitar caer en la trampa del exceso de confianza, hemos de recordar dos cosas importantes. La primera es la simple vigilancia. No asumir jamás que nuestros argumentos son racionales. La segunda es reconocer que las líneas que separan los argumentos inteligentes de los estúpidos, los buenos de los malos, rara vez son nítidas.
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http://raulbarraltamayo.wordpress.com/2012/09/20/se-creen-que-somos-tontos-100-formas-de-detectar-las-falacias-de-los-politicos-los-tertulianos-y-los-medios-de-comunicacion-jualian-baggini/